Libera tu magia - reseña crítica

¡Anímate a vencer el miedo y a liberar tu creatividad para llevar una vida a la altura de tus sueños!

Tesoros ocultos

Para vivir creativamente, debes asumir que dentro de ti se esconden cosas maravillosas. El universo guarda joyas inesperadas en todos nosotros y luego espera a que las encontremos. Vivir creativamente es, justamente, desenterrar esos tesoros ocultos.

El valor para emprender esta búsqueda es lo que diferencia una vida aburrida de una vida extraordinaria, y los posibles resultados que pueden venir de esa búsqueda es lo que la autora llama “la gran magia”.

Es necesario aclarar que por “vida creativa” no nos referimos a una vida estrictamente ligada al ejercicio profesional de algún tipo de arte, sino a una vida guiada por la curiosidad antes que por el miedo.

Si sientes que no tienes el valor para ir en busca de aquello que se esconde en tu interior, no te preocupes, porque es normal, y puedes aprender a hacerlo. Primero, debes dejar de defender tus limitaciones y animarte a creer que eres capaz de enfrentar tus miedos.

El miedo no tiene nada interesante para ofrecerte, solo te limita a los mismos hechos predecibles de siempre. Lo cierto es que necesitamos el miedo por razones de supervivencia básica, porque si no lo tuviéramos nuestras vidas serían breves y absurdas, pero no es algo que necesites en tu esfera de expresión creativa.

Tu creatividad siempre desencadenará el miedo porque te exige entrar en esferas de resultados impredecibles, y el miedo odia los resultados impredecibles. No se trata de eliminar el miedo: por el contrario, se trata de aceptarlo y vivir de manera cómoda junto a él sin dejar que sea quien tome las decisiones.

Tienes tesoros ocultos dentro de ti y sacarlos requiere esfuerzo, fe, concentración, valor y horas de dedicación. Es momento de atreverse a pensar en grande.

Encantamiento

¿Cómo funcionan las ideas? La autora cree fervientemente que la creatividad es una fuerza encantada, mágica, sobrenatural, de origen no enteramente humano.

Gilbert cree que nuestro planeta está habitado no solo por animales, plantas, bacterias y virus, sino también por ideas. Las ideas son una forma de vida incorpórea, energética, algo independiente de nosotros pero capaz de interactuar con nosotros. Aunque las ideas no tienen forma material, sí tienen consciencia.

Las ideas, además, tienen voluntad, y su principal impulso es manifestarse. La única forma que tiene una idea de manifestarse es a través de un socio humano que haga el esfuerzo para que salga del éter y entre en la esfera de lo real.

Las ideas se pasan la eternidad girando a nuestro alrededor, buscando socios disponibles y dispuestos. Cuando una idea cree que ha encontrado a alguien capaz de traerla al mundo real, visitará a esa persona y tratará de llamar su atención.

La mayoría de las veces que una idea nos visita no nos damos cuenta. Esto se debe, probablemente, a que estamos demasiado absortos en nuestros problemas, angustias, preocupaciones, inseguridades y obligaciones para mostrarnos receptivos a la inspiración.

La idea intentará que le hagamos caso durante unos instantes, tal vez meses, o incluso varios años, pero cuando se dé cuenta de que su mensaje está siendo ignorado, se irá en busca de otra persona. Pero en algunas pocas y maravillosas ocasiones, estaremos lo bastante receptivos y relajados para que el mensaje nos llegue.

Al detectar la receptividad en una persona, la idea empezará a actuar enviando señales universales de inspiración tanto físicas como emocionales. La idea hará que se crucen en el camino de su receptor coincidencias y presagios para mantener vivo el interés.

Si se tratara de ti, empezarías a percibir todo tipo de señales para orientarte hacia la idea. La idea no te dejará tranquilo hasta que tenga toda tu atención y, en ese momento, te preguntará si quieres trabajar con ella; este es el llamado de la inspiración.

A la pregunta de la idea sobre si quieres trabajar con ella, puedes responder que no y no pasaría nada, pero si respondes que sí, tu trabajo se vuelve al mismo tiempo sencillo y difícil: debes darle espacio a la idea y colaborar con ella, puedes elegir si vas a hacerlo con alegría y humildad, o si colaborar con ella será un tormento que te acompañará a diario.

Es importante destacar que si te comprometes a trabajar duro junto a la idea pero luego esto no sucede, la idea, al verse desatendida, se largará cuando vea que no cumples tu parte del trato. Esa es la otra parte de firmar un contrato con la creatividad: si la inspiración puede llegar de forma inesperada, puede abandonarte de la misma manera.

Permiso

No necesitas el permiso de nadie para llevar una vida creativa. Es posible que no recibieras este mensaje cuando eras pequeño porque, quizás, a tus padres les aterrorizaba el riesgo en cualquiera de sus formas, o eran obsesivos de las reglas, o estaban demasiado ocupados para canalizar su imaginación hacia la creatividad.

Es posible que tus padres no tuvieran nada de creadores, pero esto no importa. ¿Quieres hacer una canción, libro o película? Estás en todo tu derecho como ser humano, así que hazlo con alegría. Deja que la inspiración te lleve donde quiera llevarte.

Tú y todas las personas que conoces somos descendientes de decenas de miles de años de creadores. Aunque quieran convencerte de que el arte es algo para unos pocos elegidos, no prestes atención, porque están equivocados. Todo nuestro ser está perfectamente diseñado para vivir en colaboración con la inspiración.

Convéncete de que eres una persona creativa e identifícate como tal. Cuando tus voces interiores te pregunten “¿Quién crees que eres?”, responde con seguridad: soy escritor, soy bailarín, soy fotógrafa, soy cantante, o lo que sea que seas, pero dilo con seguridad.

Persistencia

Comprometerse a llevar una vida creativa sin importar los resultados es fundamental. Debes tomarte en serio tu arte y ocuparte de él. Si respetas ese compromiso y colaboras todos los días con tu instinto creativo, verás cómo tus habilidades se incrementan. Una de las reglas más sencillas y generosas de la vida es que, si practicas, mejoras.

Asimismo, aunque pueda llevar su tiempo adquirir destrezas en la práctica del arte que te convoque, recuerda que nunca es demasiado tarde para comenzar. Siempre es un buen momento para decidir empezar a llevar una vida apasionada y creativa.

En relación con la frustración, debes entender que si quieres ser un artista de cualquier tipo, la frustración forma parte del proceso; incluso, podría decirse que hasta es un aspecto fundamental del trabajo. La frustración no es una interrupción del proceso, sino parte del proceso mismo.

La realidad es que no pasarás de un momento de inspiración a otro, y cómo gestionas los intervalos entre esos momentos cuando las cosas no van tan bien te dirá qué tan alto es tu compromiso y hasta qué punto estás preparado para las exigencias de vivir creativamente. El verdadero trabajo es superar con entereza todas las fases de la creación.

También es frecuente que la idea de perfección invada nuestras cabezas en la búsqueda de realizar nuestro trabajo creativo. La gran trampa del perfeccionismo es que se disfraza de virtud.

El perfeccionismo muchas veces impide a las personas terminar su trabajo, pero lo que es aún peor, es que a menudo les impide empezarlo. Los perfeccionistas suelen decidir de antemano que su producto final nunca va a ser satisfactorio, así que ni se molestan en ser creativos.

Tienes que aprender a convertirte en alguien mediocre pero profundamente disciplinado. Olvídate de ser perfecto, no tienes tiempo para eso y, en cualquier caso, la perfección es inalcanzable porque es un mito, una trampa.

Éxito

Llevar una vida creativa es un proyecto muy diferente a otros emprendimientos, porque en él no sirven las reglas habituales. En la vida normal, si eres bueno en algo y trabajas duro, es probable que tengas éxito. En los trabajos de creación puede que no, o puede que tengas éxito una temporada y no vuelvas a tenerlo nunca más.

En pocas palabras, puede suceder que el éxito creativo se te aparezca o puede que no, así que lo mejor es que no vincules tu definición de felicidad personal o de talento propio con esta idea. No puedes controlarlo, por lo que es mejor que te replantees tu definición de éxito y punto.

El éxito entendido de manera convencional depende de tres factores: talento, suerte y disciplina, y hay dos de ellos que no estarán nunca bajo tu control. Haz lo que te gusta y hazlo con seriedad y naturalidad al mismo tiempo, así sabrás que lo has intentado y que, sea cual sea el resultado, habrás seguido el camino más noble.

Enseñar el dolor

Es muy común escuchar la idea de que el artista es un ser atormentado que puede crear solo a partir de experiencias de dolor porque es a través del sufrimiento que se pone en relieve la sensibilidad con la que el artista trabaja su obra. La autora opina que esta idea es un tanto problemática y nociva.

Son demasiadas las personas creativas a las que se ha enseñado a desconfiar del placer y a tener solo fe en el sufrimiento. Demasiados artistas siguen creyendo que la angustia es la única experiencia emocional auténtica.

Esta creencia tan sombría y extendida podría ser una consecuencia del poderoso legado emocional del sacrificio cristiano y el romanticismo alemán, que conceden excesiva credibilidad a los méritos del sufrimiento.

No confiar en nada excepto en el sufrimiento es un camino peligroso porque, para empezar, tiene fama de haber matado a artistas, pero incluso cuando no los mata, la adicción al dolor a menudo puede causar en los artistas un trastorno mental tan grave que dejan de trabajar por completo.

La creatividad no es un concurso de sufrimiento. La creatividad crece a través de las grietas que hay entre nuestras patologías, y no de las patologías en sí. La autora no niega la realidad del sufrimiento, pero se niega a hacer fetichismo con ello y a buscar de forma deliberada el sufrimiento en nombre de la autenticidad artística.

Confianza

El más importante acto de confianza creativa es sacar tu trabajo ahí fuera una vez que lo has completado.

Se trata de una confianza ciega. No porque tengas la certeza de que tu trabajo será exitoso, porque eso no sería confianza sino ingenuidad, y ya sabemos que en la esfera de la creatividad no existe la garantía de éxito. La confianza ciega te exige presentar tu obra sabiendo que el resultado no importa. La confianza ciega te pide que te mantengas fuerte, con la certeza de que tú vales, y que seguirás trabajando con independencia del resultado sin perder la confianza en el proceso creativo.

Pues bien, ¿tienes el valor de sacar los tesoros ocultos de tu interior?

Notas finales

La creatividad se encuentra dentro de todos nosotros, solo se trata de animarse a dejar que se manifieste. Este libro te acompañará en ese proceso.

Consejo de 12min

El microlibro basado en El camino del artista, de Julia Cameron, te brindará más herramientas para seguir trabajando en potenciar tu creatividad.